jueves, 22 de julio de 2010

Aerografía: el hiperrealismo en el papel.


Imagen del artista Dru Blair. Reservados todos los derechos del artista.


Quien no recuerda, cuando era mas jóven, aquellas portadas de los discos que tenían cierta sensación de hiperrealismo? o aquellos afiches que colocábamos en nuestro cuarto cuando eramos adolescentes? sabias que era una ilustración, pero te gustaba esos degradeces, colores tan vivos que no parecían reales, y los detalles que lograban que la ilustración fuera mucho más intensa y real...

Eso empezó de una manera cada vez mas intensa a interesarme y preguntarme cómo lograban esas ilustraciones de maravilla, las cuales podias pasar horas y horas viendo.

Fue entonces cuando di con lo que era la aerografía, y no fue que alguna persona me lo dijo, fue un descubrimiento algo fortuito y que dejo en mi una marca inborrable. Mi madre fue la responsable de ese hecho. Como muchos artistas plásticos e ilustradores, casi siempre nuestra fuente de inspiración es un familiar,   nuestros padres o un amigo. Mi madre en aquel entonces estaba en el mundo de la cerámica, sacaba piezas de moldes las cuales pasaba a un horno donde las cocia para que endurecieran y luego proceder a pintarlas. Veía con admiración como pintaba de forma magistral los bizcochos ya listos, pero un día decidió pintarlos de una forma distinta.

En ese momento, fue que conocí el aerógrafo, un extraño aparato que estaba conectado a un compresor que era el que le suministraba el aire comprimido que le ayudaba a pulverizar la pintura para luego esparcirla en la pieza a pintar. Claro, en aquel entonces no deducía todo esto, porque la parte que me maravillaba era cuando salia la pintura...los colores, la viveza de los mismos, la perfección en los degradeces asi como su suavidad.

Ahí empezó todo...

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